jueves, 16 de mayo de 2013

El Mito del Narciso

Puesta en escena con la Compañía Nacional de Teatro (CNT). La obra la han puesto en lo que le llaman "La corrala del mitote" , un teatrito redondo, armado con andamios, instalado en el Zócalo del lado de la Catedral en una novedosa, popular, pero pésima infraestructura y peor ubicación, en donde los actores tienen que gritar todo el tiempo para que se escuche lo que dicen.

Narciso era un joven muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de Narciso, mas él las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta le había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz. Para castigar a Narciso por su honestidad, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.














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